De acuerdo a estudios realizados por la Universidad de Arizona, se concluyó que la muerte de las personas tiene la misma magnitud siendo por radiación de un escáner corporal o siendo víctima de un atentado terrorista. Se ha suscitado un controvertido debate sobre la conveniencia de instalar o no escáneres corporales en los aeropuertos.
Según los científicos responsables de dicho estudio, ambas probabilidades de muerte (por radiación o por terrorismo) están equiparadas: una de cada 30 millones. Los expertos aseguran que el rayo que emite el escáner es de bajo nivel y ofrece una pequeña dosis de radiación en el cuerpo. Pero, debido a que el rayo en cuestión se concentra en la piel, uno de los órganos más sensibles a la radiación del cuerpo humano, la dosis puede ser hasta 20 veces más alta de lo que se había estimado inicialmente.
¿Cómo es que llegaron a esta cifra?, los científicos de la Universidad de Arizona han estudiado la dosis de radiación de los escáneres utilizando las imágenes producidas por ellos y en el estudio aseguran que realmente “no hay argumentos a favor para que se sigan incorporando este tipo de máquinas en los aeropuertos”, de acuerdo a reseña PortalTic.
Estos datos más se suman a la polémica sobre la “vulneración de la privacidad” que supone la instalación de escáneres corporales para el acceso de pasajeros en las zonas de control de los aeropuertos. Justo en esta semana les contábamos que la filtración de imágenes de escáneres corporales en Florida reabría el debate sobre el empleo de estos sistemas de seguridad en aeropuertos y sus efectos sobre el derecho a la privacidad de los viajeros.
Lo de la privacidad no supone ningún obstáculo para el uso de los escáneres porque en realidad las imágenes que logran captar estos aparatos no son nítidas ni representan (a mi juicio) una falta a mi intimidad, mas si suponen una importante herramienta de seguridad… Pero, ante este nuevo dato de la radiación, comienzan las dudas.
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